MEDELLÍN, LA CIUDAD QUE CRECIÓ HACIA AFUERA Y SE MIRA HACIA ADENTRO

Noviembre 13 de 2019
POR RONAL CASTAÑEDA | PUBLICADO EL 02 DE NOVIEMBRE DE 2019

El conquistador español Jorge Robledo describió en sus crónicas a los indios que vio en su primera visita al valle, donde estaban los aburraes, en 1541:“No comen carne humana y son indios pobres que tienen poco oro y son grandes labradores... (SIC)”. 75 años después, en 1616, el visitador Francisco de Herrera Campuzano, acompañado de 80 indios del cañón del Cauca y del mismo valle, se asentó en el poblado de San Lorenzo de Aburrá donde está ahora la Iglesia de San José de El Poblado.

Por eso la ciudad celebra su cumpleaños el 2 de marzo. Algunos historiadores se refieren a este asentamiento como el nacimiento de lo que sería Medellín, pero en realidad cumple dos veces. Luego de ese primer resguardo, el valle se empezó a poblar de españoles e inmigrantes que atravesaron el Atlántico.

Para 1649 se erigió, a una cuadra de la quebrada Aná (Santa Elena), el templo en honor a Nuestra Señora de La Candelaria, a quien le tenían devoción especialmente españoles y marineros.

Medellín creció a su alrededor como un corazón que irriga vida a sus estribaciones. Unos años después, el 2 de noviembre de 1675, se estableció por cédula real la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Aná, donde hoy está el Parque Berrío. Y es el segundo cumpleaños: en esa fecha se levantó el primer censo de habitantes en el que se contaron 288 familias, la mayoría libres, mestizos y mulatos (67,7%); blancos 21.5 % y un 10 % indios. Ese año la capital antioqueña se calcula en 700 pobladores.

1770: de pueblo de aburraes a villa

Los primeros planos son de este año (algunos historiadores dicen que de 1790). El perímetro estaba delimitado entre lo que hoy es El Palo y Cúcuta, la calle Maturín y La Playa, y ya había 7.442 habitantes.

1800, trazado de las vías y consolidación

La incipiente villa crecía a partir de su centro, La Candelaria. En 1798 las casas (la mayoría de un piso y algunas de balcón) estaban en la cabecera principal, que tenía 597 inmuebles. Las demás estaban dispersas por los alrededores: Aná (La Playa), Otrabanda (Suramericana), El Aguacatal (El Poblado), Altavista (Belén), Iguaná (Robledo), El Salado (La América), Guayabal y localidades más lejanas como La Culata (San Cristóbal ), Envigado, Itagüí, La Estrella o Hatoviejo (Bello), que configurarán el territorio denominado como Área Metropolitana.

Escribió la investigadora Verónica Perfetti, coautora del libro Cartografía urbana de Medellín 1790-1950, en su artículo “La ciudad de 1913” (2012), que el valle heredó del asentamiento colonial “su ubicación centralizada, la estructura urbana con la plaza, la iglesia, el cabildo, las calles y los primeros barrios”.

1847, expansión del espacio a los costados

En 1846 se construyó el primer puente de Medellín sobre lo que hoy es Colombia (el segundo es el de Guayaquil, de 1879), para comunicar la cabecera con Otrabanda, con caseríos. A 1850 el área urbana disponía de 21 calles, algunas empedradas, por donde circulaba la primera carroza y carretas de mulas y bueyes que transportaban carga.

El quinto censo, de 1851, indicó que la ciudad tenía 20.369 pobladores. Aparecieron los primeros asentamientos clandestinos donde ahora está la Loma de Los González, El Poblado.

1889-1908 LA AMPLIACIÓN DEL CENTRO

A 1889 se contaban 42.445 personas. Luego de 40 años, en 1908, las 21 calles se convirtieron en 150 manzanas y en 1913 pasaron a ser 275, según el catastro de ese año. Desde el núcleo hacia sus afueras, ya había mercado cubierto, matadero, hospital, teatro, universidad, seminario, biblioteca pública, museo, cementerio, edificios de gobierno y justicia, manicomio, presidio, imprentas y laboratorios, además de plazas públicas, templos y algunas fábricas.

La urbe pasó de ser un pueblo a una ciudad en la primera mitad del siglo XX, con la llegada de migrantes de las regiones de Antioquia. En la investigación Cuando Antioquia se volvió Medellín, 1905-1950, publicada en 2011, se indica que fueron cuatro las razones: la educación de los jóvenes, los negocios, la actividad política y la búsqueda de más y mejores oportunidades.

Durante este periodo se expandió la urbe, sobre todo al norte y al oriente, debido a la migración de campesinos. Aparecieron barrios como Manrique, Aranjuez y Berlín, conglomerados principalmente obreros, y Prado, de la burguesía emergente.

1932, INDUSTRIA Y AMPLIACIÓN DEL TERRITORIO

Se duplicó la población que había 20 atrás (ver gráfico). Las dinámicas comerciales y de industria conformaron nuevos barrios al oriente (Buenos Aires y Bomboná), al nordeste (Villa Hermosa, Manrique, Campo Valdés), al sur con barrio Colombia y comienza la urbanización de Los Libertadores (San Joaquín), barrio Antioquia (Trinidad), la América, Belén y Robledo, al occidente.

 

1956, EL ORDEN VERTICAL DEL ESPACIO

En el mismo periodo de 20 años el territorio triplicó sus habitantes (483.497). El valle de Aburrá, estrecho y rodeado por altas laderas, se reordenó desde adentro ante las limitaciones geográficas y la densidad poblacional. Se dio surgimiento a la arquitectura moderna, con edificios altos, como se mostró en la exposición El orden vertical del espacio. Edificios altos ejemplares en Medellín, que acaba de pasar por el Museo de Antioquia.

2019, áreas compactas y necesidades

Para el investigador Jorge Pérez Jaramillo, arquitecto y urbanista antioqueño, ese crecimiento es uno de los casos más interesantes de estudiar, en especial por su relación geográfica con el Valle.

Acaba de publicar su libro Medellín. Urbanismo y sociedad en el que describe las tres recientes décadas de la capital antioqueña y en el que muestra cómo la infraestructura, la arquitectura y el urbanismo han jugado un papel crucial para superar la crisis de violencia de los 80 y 90. El Metro, los parques, las bibliotecas, las Uvas y el jardín circunvalar son ejemplos de cambios en el hábitat que ayudaron, dice él, a superar esos tiempos críticos.

Para Pérez, la disposición geográfica de la ciudad es única. Hizo que sus pobladores se pudieran ver desde distintos lados, casi todo el tiempo, como tal vez lo hizo el primer habitante que llegó en la prehistoria de Medellín, hace mínimo 2.500 años y de lo que no hay muchas referencias, o como lo vio el primer español que pisó las tierras paisas o como se ve ahora que la Medellín crece hacia adentro de manera vertical.

Porque la expansión no para. El nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) aprobado en 2014, el que definirá el modelo de ocupación del territorio hasta 2027, habla de tres pilares básicos: la promoción de una ciudad compacta (que crece adentro), la limitación de construcciones en la ladera y la prelación a sistemas sostenibles de movilidad.

Por eso se mira Medellín hacia Ciudad del Río, a crecer en lo plano y verticalmente, junto a su cuenca principal, como cuando estaban los aburraes, como cuando el corazón comenzó a latir. .

*Entre la bibliografía consultada está la Historia de Medellín compilada por Jorge Orlando Melo, en la que se consultaron los textos de los investigadores Roberto Luis Jaramillo, Verónica Perfetti, Víctor M. Alvarez, Neyla Castillo, Claudia Vásquez Avendaño. Así mismo fue consultado el estudio Medellín. Evolución Histórico Demográfica (1982).

Revise en el siguiente link, la evoluciónUrbana del territorio:

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